martes, 21 de abril de 2015

Ultimos hallazgos de orfebrería orientalizante. Yacimiento Protohistorico de Pajares, villanueva de la Vera















PREHISTORIA: "EL CONJUNTO ÁUREO DE PAJARES". Villanueva de la Vera.
El Conjunto Áureo de Pajares es uno de los últimos hallazgos de orfebrería orientalizante. El periodo orientalizante se introduce en Occidente a partir del siglo VII a.C., debido a la presencia fenicia y concretamente de artesanos orientales en las comunidades indígenas, que aprenden de ellos directamente, a través de los orfebres tartésicos, las técnicas de la soldadura, lo que presupone el conocimiento del metal, sus aleaciones y el control de la temperatura, de la filigrana y del granulado. El conjunto se compone de dos placas idénticas, que también han sido denominadas arracadas; un elemento de diadema; una chapita con rostro humano y disco, y una placa con decoración zoomorfa. Las Placas o Arracadas desarrollan una decoración en la que destacan los motivos en forma de piel de toro extendida y veintidós conjuntos decorativos impresos con ayuda de dos troqueles en forma de creciente. La cara opuesta consiste en una chapa de idénticas en la que los temas decorativos consisten en una cresta de palmetas y flores, que representan el árbol de la vida, limitadas por dos prótomos.
Los prótomos presentan una cara humana repujada en chapa fina con los rasgos muy poco marcados. Sin embargo, el conjunto da una impresión de severidad que llega a producir sensación de inquietud. Está enmarcada por una decoración granulada que delimita el rostro, lo que sugiere un tocado o peinado. Quizá lo más impresionante de estas caras sea el esquematismo de la boca que, junto con los ojos almendrados y la nariz que parte del nacimiento de las cejas aumenta la sensación de hieratismo.
Esta decoración, que invita a pensar en un carácter sacro para estas piezas, parece estar reflejando un ciclo astral relacionado con una cosmogonía indígena. El carácter sacro de esta joyería parece definirse por sí mismo en la acumulación de símbolos en ambas caras de la placa. La repetición del ciclo astral con temas tales como el creciente, nos hace pensar en una representación voluntaria de un cielo mítico completo, algo semejante a la concepción etrusca de la duración de su propia etnia, con un número determinado de "siglos" que equivalían a una "vida de hombre" de unos ochenta años cada uno. El hecho de que esta "bóveda celeste" se halle sostenida en su cara inferior por árboles de vida parece dar solidez a esta interpretación. El motivo de la piel de toro extendida aparece en distintos contextos aunque todos ellos de carácter sagrado o religioso. El simbolismo de la piel de toro sacrificado, y en consecuencia y como tal hay que relacionarlo con el culto al dios tauromorfo de la atmósfera como dios guerrero. El culto y religión con el que se relaciona fue introducido en la Península Ibérica por las gentes del Mediterráneo Oriental y que pasó a la cultura tartésica y posteriormente a la cultura ibérica. Estas sociedades, ricas en recursos agropecuarios y especialmente en metales, cuya producción y distribución controlaban unos jefes guerreros, asimilaron pronto estas creencias religiosas y el toro, uno de los atributos principales del dios de la tormenta, pasó a formar parte de los atributos míticos de los reyes tartésicos. El culto del dios de la tormenta/diosa de la fecundidad fue uno de los más importantes de la religión tartesio-ibera por los menos hasta el siglo IV a.C. Dado que estos símbolos ofrecen una clara connotación cultural relacionada con el ciclo de la vida y de la muerte podemos concluir que estas joyas debían servir como objetos rituales y no hechos para ser llevadas por una persona o por un notable de manera usual, salvo en determinadas ceremonias de índole social o religiosa.
El conjunto se compone además de un importante cantidad de objetos de vidrio como ungüentarios o cuentas de collar y algunos fragmentos de cerámica ática que constituyen una importante muestra de elementos posiblemente de prestigio vinculados en bastantes ocasiones a las zonas de hábitat, entre ellas las piezas de orfebrería más significativas. Ha de haber un grupo social consumidor de estos elementos, y una estructura económica con un grado suficiente de especialización como para permitir el trabajo de un grupo de artesanos dedicados al trabajo del oro y de los bronces, al menos, ya que la pasta vítrea y la cerámica ática se tienen por las únicas importaciones. Podemos constatar que las relaciones culturales y comerciales de estos pueblos no se habrían limitado a contactos exclusivos con las zonas próximas sino que, y debido seguramente a su riqueza minera y a la habilidad de sus orfebres y artesanos, habrían tenido relaciones con pueblos apartados. La presencia de productos orientales en los yacimientos de Pajares justifican esta aserción.
Todo esto nos permite establecer la cronología del lugar entre los siglos V a. C. y principios del IV. Los fragmentos recogidos en estas excavaciones han sido depositados en el Museo Provincial de Cáceres, tras su adquisición en 1989 por la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Extremadura.
Bibliografía:
“Arracada Orientalizante de Villanueva de la Vera (Cáceres). Propuesta de Reconstrucción”. Mª Luisa de la Bandera Romero.
“El Yacimiento Protohistórico de Pajares”. Sebastián Celestino Pérez

2 comentarios:

  1. Sebastian es el editor pero el trabajo sobre el conjunto áureo es de ambos. Igual ocurre con el artículo de la Revista de la Complutense. Podías mencionar el trabajo que he llevado a cabo para hacer que se reconociera el yacimiento y un respeto por mi trabajo amigo Lucio

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  2. En el texto de la arracada falta mi nombre . En el artículo preio de Arqueología nº 150, en la publicación de la revista francesa Archeologia, en la publicación de Complutum, mi nombre figura antes que el de Sebastián. Te ruego procedas a incluirlo como me es debido. GraCias de antemano José Luis BLANCO FERNANDEZ

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