martes, 21 de abril de 2015

Ultimos hallazgos de orfebrería orientalizante. Yacimiento Protohistorico de Pajares, villanueva de la Vera















PREHISTORIA: "EL CONJUNTO ÁUREO DE PAJARES". Villanueva de la Vera.
El Conjunto Áureo de Pajares es uno de los últimos hallazgos de orfebrería orientalizante. El periodo orientalizante se introduce en Occidente a partir del siglo VII a.C., debido a la presencia fenicia y concretamente de artesanos orientales en las comunidades indígenas, que aprenden de ellos directamente, a través de los orfebres tartésicos, las técnicas de la soldadura, lo que presupone el conocimiento del metal, sus aleaciones y el control de la temperatura, de la filigrana y del granulado. El conjunto se compone de dos placas idénticas, que también han sido denominadas arracadas; un elemento de diadema; una chapita con rostro humano y disco, y una placa con decoración zoomorfa. Las Placas o Arracadas desarrollan una decoración en la que destacan los motivos en forma de piel de toro extendida y veintidós conjuntos decorativos impresos con ayuda de dos troqueles en forma de creciente. La cara opuesta consiste en una chapa de idénticas en la que los temas decorativos consisten en una cresta de palmetas y flores, que representan el árbol de la vida, limitadas por dos prótomos.
Los prótomos presentan una cara humana repujada en chapa fina con los rasgos muy poco marcados. Sin embargo, el conjunto da una impresión de severidad que llega a producir sensación de inquietud. Está enmarcada por una decoración granulada que delimita el rostro, lo que sugiere un tocado o peinado. Quizá lo más impresionante de estas caras sea el esquematismo de la boca que, junto con los ojos almendrados y la nariz que parte del nacimiento de las cejas aumenta la sensación de hieratismo.
Esta decoración, que invita a pensar en un carácter sacro para estas piezas, parece estar reflejando un ciclo astral relacionado con una cosmogonía indígena. El carácter sacro de esta joyería parece definirse por sí mismo en la acumulación de símbolos en ambas caras de la placa. La repetición del ciclo astral con temas tales como el creciente, nos hace pensar en una representación voluntaria de un cielo mítico completo, algo semejante a la concepción etrusca de la duración de su propia etnia, con un número determinado de "siglos" que equivalían a una "vida de hombre" de unos ochenta años cada uno. El hecho de que esta "bóveda celeste" se halle sostenida en su cara inferior por árboles de vida parece dar solidez a esta interpretación. El motivo de la piel de toro extendida aparece en distintos contextos aunque todos ellos de carácter sagrado o religioso. El simbolismo de la piel de toro sacrificado, y en consecuencia y como tal hay que relacionarlo con el culto al dios tauromorfo de la atmósfera como dios guerrero. El culto y religión con el que se relaciona fue introducido en la Península Ibérica por las gentes del Mediterráneo Oriental y que pasó a la cultura tartésica y posteriormente a la cultura ibérica. Estas sociedades, ricas en recursos agropecuarios y especialmente en metales, cuya producción y distribución controlaban unos jefes guerreros, asimilaron pronto estas creencias religiosas y el toro, uno de los atributos principales del dios de la tormenta, pasó a formar parte de los atributos míticos de los reyes tartésicos. El culto del dios de la tormenta/diosa de la fecundidad fue uno de los más importantes de la religión tartesio-ibera por los menos hasta el siglo IV a.C. Dado que estos símbolos ofrecen una clara connotación cultural relacionada con el ciclo de la vida y de la muerte podemos concluir que estas joyas debían servir como objetos rituales y no hechos para ser llevadas por una persona o por un notable de manera usual, salvo en determinadas ceremonias de índole social o religiosa.
El conjunto se compone además de un importante cantidad de objetos de vidrio como ungüentarios o cuentas de collar y algunos fragmentos de cerámica ática que constituyen una importante muestra de elementos posiblemente de prestigio vinculados en bastantes ocasiones a las zonas de hábitat, entre ellas las piezas de orfebrería más significativas. Ha de haber un grupo social consumidor de estos elementos, y una estructura económica con un grado suficiente de especialización como para permitir el trabajo de un grupo de artesanos dedicados al trabajo del oro y de los bronces, al menos, ya que la pasta vítrea y la cerámica ática se tienen por las únicas importaciones. Podemos constatar que las relaciones culturales y comerciales de estos pueblos no se habrían limitado a contactos exclusivos con las zonas próximas sino que, y debido seguramente a su riqueza minera y a la habilidad de sus orfebres y artesanos, habrían tenido relaciones con pueblos apartados. La presencia de productos orientales en los yacimientos de Pajares justifican esta aserción.
Todo esto nos permite establecer la cronología del lugar entre los siglos V a. C. y principios del IV. Los fragmentos recogidos en estas excavaciones han sido depositados en el Museo Provincial de Cáceres, tras su adquisición en 1989 por la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Extremadura.
Bibliografía:
“Arracada Orientalizante de Villanueva de la Vera (Cáceres). Propuesta de Reconstrucción”. Mª Luisa de la Bandera Romero.
“El Yacimiento Protohistórico de Pajares”. Sebastián Celestino Pérez

PREHISTORIA :ALGUNOS HALLAZGOS ARQUEOLOGICOS EN VILLANUEVA DE LA VERA




PREHISTORIA: HACHA. DOLMEN DE LA VEGA DEL NIÑO.
VILLANUEVA DE LA VERA.
Museo Arqueológico Nacional.
Esta hacha se extrajo en las excavaciones del Dolmen de la Vega del Niño. Pertenece al estilo Calcolítico. Está realizada en pizarra corneana (roca metamórfica compuesta principalmente de cuarzo, feldespato y mica formada mediante metamorfismo de contacto de pizarras y rocas sedimentarias afines), con la técnica de abrasión y pulimentado.
Desde 1.957 se sabía de la existencia de este túmulo, que se dio a conocer como el “dolmen de corredor de Villanueva de la Vera”. El dolmen ha desaparecido; las piedras que lo formaban fueron utilizadas para construir algunas edificaciones cercanas. El monumento se describió como un círculo con un pasillo con un túmulo de unos 15 m. Más adelante, en 1975, Cleofe Rivero y Almagro-Gorbea llevaron a cabo excavaciones en el dolmen, que no dieron lugar a una publicación. Los materiales extraídos se conservan en el Museo Arqueológico Nacional.
La cerámica repite los tipos y acabados que encontramos en otros yacimientos de la zona; que se corresponden con cuencos semiesféricos lisos, sin decoración, aunque en algunos casos decorados con engobe a la almagra, (El engobe es una tierra de consistencia pastosa a base de caolín, con la que se baña al objeto).
El ajuar incluye una gran cantidad de elementos de industria lítica de piedra pulimentada. También se encontraron objetos de adorno como un colgante y hasta 168 cuentas de collar. Por último, reseñar la aparición de una lezna de cobre biapuntada que parece indicar una ocupación de época campaniforme.
El Calcolítico, último período de la Edad del Bronce, cuyos límites cronológicos se sitúan entre 1250 y 750 a. C., se caracterizó por una serie de movimientos y cambios que afectaron a gran parte de Europa. La Península Ibérica recibió una serie de influencias llegadas del exterior que sirvieron para revitalizar el desarrollo de las anteriores culturas regionales. En el momento de la llegada de estas nuevas aportaciones, la cultura indígena que mayor extensión territorial alcanzaba en la Meseta era la de Cogotas I, denominada así por los hallazgos realizados en el yacimiento epónimo de la provincia de Ávila.
Tenían una economía de subsistencia basada fundamentalmente en la ganadería, sobre todo, de vacas, cabras y ovejas, seguidas a mayor distancia por el cerdo y el caballo. También puede deducirse una incipiente actividad agrícola dedicada al cultivo del cereal, tanto por la ubicación de algunos asentamientos en zonas llanas, como por los abundantes molinos de piedra encontrados en los fondos de los asentamientos. Los rituales funerarios muestran la práctica del rito de la inhumación del cadáver en fosa, acompañado de un escaso ajuar formado fundamentalmente por varias piezas cerámicas.
Paralelamente, a partir del 700 a.C. se producen contactos con el pueblo tartésico, que demanda ganado y metales de las regiones septentrionales y se establecen alianzas y relaciones comerciales. Este encuentro indígena-cultura orientalizante, materializado mediante pactos políticos y comerciales, garantizaban el uso de las vías de paso y los vados, que controlan el acceso a la Meseta y sugieren una economía de objetos de prestigio, como avalan los materiales recogidos en las inmediaciones de El Raso de Candeleda, o los tesoros áureos de Villanueva de la Vera.
Tesis Doctoral: “PAISAJES AGRARIOS PRE Y PROTOHISTÓRICOS EN
LA COMARCA DE LA VERA ALTA (CÁCERES): UN ENFOQUE ARQUEO-     
                   Carlos Fernández Freire. Madrid, 2008

En los dias de agua: portales tabernas y fragua


 
GUITARVERA 2015. DÍAS DE AGUA: PORTALES, TABERNAS Y FRAGUA
Yo quisiera ser porquero
en el tiempo las morcillas,
abril y mayo vaquero
cuando paren las novillas,
junio y julio borreguero
cuando acarran las merinas,
agosto y septiembre obrero
cuando vendimian las viñas.
Luego cojo mi capote
y lo lleno de patatas
y me voy a la taberna
y allí que me piquen ratas.
Los magníficos “portales” de nuestra Plaza Mayor, que mantiene su estructura tradicional desde finales del siglo XIX, se convertían en el marco más idóneo para entablar relaciones en estos días de lluvia, ya que facilitaban el trasiego entre las posadas y tabernas sin necesidad de mojarse, a la vez que favorecían la formación de corrillos en los que se realizaban numerosos y continuos tratos.
Los ganaderos y agricultores llegaban a la plaza antes del amanecer. Las churreras ya tenían preparada la caldera y el aceite caliente. Después de tomar unos churros y una copa de aguardiente con los amigos, había que ir a alimentar al ganado o ir a ordeñar las cabras y vacas. Las cuadras se encontraban generalmente en las plantas bajas de las propias viviendas o en las callejas aledañas al núcleo urbano, donde también se situaban muchas de las majadas. Los tratantes y ganaderos aprovechaban estos días de lluvia para comprar y vender las caballerías y otros animales como cabras, cabritos o cerdos.
En la plaza también se realizaban los tratos con los arrieros, que dormían en las posadas y traían mercancías de otros lugares, como Navalmoral o Talavera, y compraban los productos que aquí se producían; siendo numerosas las transacciones comerciales entre unos y otros.
El lugar preferido para realizar los tratos eran las tabernas, siempre junto al mostrador compartiendo unas copas de aguardiente. El alcohol calentaba los ánimos y “la boca”, lo cual favorecía los acuerdos. Allí se encontraban los que pretendían vender y los que deseaban comprar y en medio el tratante. Se comentaba el número de cabezas y peso aproximado y se discutían los precios. El trato se cerraba, tras un forcejeo por ambas partes, hasta ponerse de acuerdo en el número de cabezas, precio, forma de pago y tiempo de recogida. Si se llegaba a un arreglo, posteriormente se desplazaban a la cuadra o a las majadas para, sobre el terreno, sellaban el trato si se veía conveniente. Si todo iba tal y como se había dicho y convenido se aceptaba la señal, cantidad de dinero que se adelantaba como formalización y compromiso y se fijaba el día del peso. Si durante el tiempo transcurrido desde la fecha de la venta y la del peso habían subido o bajado los precios en el mercado, el trato no se alteraba y se respetaba lo pactado. Los tratos se cerraban antaño con un fuerte apretón de manos y, posteriormene, se sellaban con el “alboroque”, tomando unos chatos de vino de pitarra.
Hicimos convenio
volver otra vez
al charco de vino
borrachos tos tres,
tos tres, tos tres
tos tres, tos tres.
Borrachos tos tres
borrachos tos cuatro
vamos a la cuadra
a ver el caballo.
Los “portales” también eran el lugar idóneo para contactar con los patronos y cerrar compromisos de trabajo; tanto por parte de los medieros, que trabajaban las tierras de otros; como por parte de los jornaleros, que se situaban en filas o en corrillos alrededor de éstos, esperando que algún patrón se acercara a ellos a ofrecerles algún trabajo. Los jornales eran escasos, salvo en tiempo de siega, esquila o recolección; pero siempre se podía encontrar algún jornal para hacer picón, cortar leña, o para realizar pequeños arreglos en las fincas. Los jornales se contrataban por “peonías” (trabajo que se realiza en un día). En aquellas épocas se solían contratar varias “cuadrillas” hasta que se terminase el trabajo.
También los amos aprovechaban estos días para “ajustar” los cabreros y borregueros, que eran contratados para servir como criados guardando el ganado por temporadas.
Los que conseguían trabajo pasaban varios días celebrándolo con grandes borracheras de taberna en taberna; al igual que los no afortunados, que mataban sus penas haciendo “San Jirulo”, celebrando este supuesto santo que servía para festejar los días no festivos, pasando el día de taberna en taberna… Es lógico que el alcohol se haya utilizado desde siglos como un tradicional desinhibidor, al tiempo que sirve para estimular los sentimientos de euforia y bienestar. En numerosos casos, el alcohol pasaba a ser así refugio ante los fracasos cotidianos, que llevaban a muchas familias de trabajadores a vivir en la miseria y en la desgracia. La taberna se convertía así en un medio de aislarse de un hogar infeliz que, además, solía reunir escasas condiciones de habitabilidad.
En Villanueva podemos documentar la existencia de tabernas y posadas desde tiempos remotos; como reza el cantar:
Villanueva, Villanueva.
Villanueva, la bravía,
Con venticinco tabernas
Y ninguna librería…
En el Interrogatorio de la Real Audiencia, realizado el 12 de marzo de 1791 aparece:
“Que en esta villa y su jurisdicion hay el abasto de carniceria, que se arrienda anualmente solo por que surta de carnes el abastecedor a este comun, hay el de la avaceria que solo en el se vende aceite y xabon, el de taberna vendiendo en este vino y no otro licor, y el de aguardiente; que unos y otros se arriendan cada año en publica subasta, que regulado su producto por el quinquenio de los cinco ultimos años han balido en cada uno de ellos dos mil trescientos reales. Permaneziendo sus pesos y medidas con arreglo a los de los pueblos comarcanos.”
Según el B.O.P.C del 14 de noviembre de 1890, podemos constatar que hay tres posadas en la plaza, regentadas por Manuela Castañar, Ignacio Gómez y Francisco Moreno; y una taberna, como venta de vino, regentada por José Parrón Martínez. No sabemos si habría más, porque en el listado solo aparecen los pagadores de los arbitrios.
En el B.O.P.C. de 20 de abril de 1904 aparecen tres posaderos en la Plaza: José Huertas Martín, Lorenzo Serrano Garvín y Ramona Araujo Cordobés; y una taberna regentada por Fulgencio Castaños.
Frecuentar la taberna era una de las prácticas masculinas más habitual, convirtiéndose en un espacio esencial para la socialización en la vida cotidiana de las clases populares. A ella se acudía no solo para beber: era un lugar indispensable para conversar; intercambiar noticias; punto de parada en un breve intermedio del trabajo o en el camino hacia el taller o de vuelta a casa; un local intensamente vinculado al ocio popular; espacio lúdico de diversión y de cantos; y refugio de frustraciones familiares. Además, como ya hemos dicho, se convertía en el escenario de multitud de actividades comerciales.
La taberna, como espacio típicamente varonil, estaba generalmente vetada a las mujeres. En la actualidad, no se pone ningún impedimento a la entrada de éstas; pero, en muchos casos, se sigue considerando que no es su espacio habitual: “La mujer y el perro a la puerta el chozo”, “La mujer y la sartén en la cocina están bien”, hemos oído decir cientos de veces.
En nuestro pueblo, la mujer, sobre todo, en las clases trabajadoras, siempre ha contribuido con el trabajo personal a los ingresos familiares, no sólo con el trabajo en casa, sino participando en las tareas agrícolas y ganaderas, o incluso trabajando a jornal igual que los hombres. La estructura familiar en Villanueva está basada en una economía doméstica donde cada uno de los miembros aporta su trabajo. Esto hace que la identidad masculina y femenina y los papeles privados y públicos entre la mujer y el hombre sean bastante borrosos. Por eso será la taberna, y en ella, el mostrador, el lugar idóneo para reforzar el papel masculino con símbolos y rituales que excluyen a las mujeres. Sigue siendo muy habitual oír en estas conversaciones expresiones como estas: “macho”, “no tienes cojones”, “cojonudo”, “no me toques los cojones”,... y , sobre todo, veremos gestos de autoafirmación que sirven para engrandecer la imagen masculina, como tocarse “las vergüenzas” en público, darse fuertes palmadas en la espalda, pedir las copas dando un palmetazo resonante sobre el mostrador, gastar bromas pesadas, decir obscenidades y, sobre todo, alusiones verbales y corporales al acto sexual. Pero, aparte de la agresividad física y sexual, es importante que el hombre demuestre su “formalidad”, autocontrol, capacidad de mantener la dignidad, nunca se pueden perder los estribos, incluso con las bromas pesadas nunca debe perder la calma, hay que saber aguantar para, más tarde, poder atacar calculadamente, así demostrará su “hombría” ante los demás.
Como vemos, la propia bebida y su ritualización tenían ingredientes asociados a la virilidad y al fortalecimiento del compañerismo. Se bebe en común, “una ronda para todos”. El beber se convierte en un rito social que no deja de estar sometido a unas normas que todos deben cumplir; hay que aceptar las distintas formas de invitar, aceptar y corresponder a las copas creándose un comportamiento ritualizado. Cuando uno dice: “invito yo”, sus compañeros protestan de forma poco convincente, como parte del juego; seguidamente, reitera su invitación, le hace una seña al camarero para llenar los vasos y, después de unas cuantas objeciones, todos acceden. Antes de acabar la copa, otro invita a una segunda “ronda” y el ritual se repite. Existen expresiones de estos rituales que se han mantenido hasta nuestros días, como: “¡vamos a tomar la espuela!”, “la penúltima” o “arrancaera” que dan a entender que se desea concluir con la bebida, y al mismo tiempo permiten que el que quiera marcharse pueda corresponder al pedir la última ronda; estaría muy mal visto que alguien se fuese sin pagar. Si cuando ya ha comenzado la ronda, llega un nuevo compañero, se dice: “el que llega de Roma, jinca la porra”, para indicar que el último que llega tiene que invitar si quiere beber.
La taberna, en cuando lugar de riñas y pendencias, va a ser perseguida por la Iglesia hasta el siglo XIX. En tiempos en que la Iglesia lo dominaba todo, era uno de los pocos locales de uso colectivo donde se podía blasfemar en plena libertad; donde el proletariado podía entregarse con bastantes menos cortapisas a lo que se consideraban conductas viciosas y depravadas. Además de consumirse bebidas alcohólicas, sobre sus mesas o en habitaciones interiores reservadas, se jugaba a los naipes, otro de los vicios responsables, según la literatura del momento, de la desaparición de buena parte de los jornales y de la ruina de la familia. Su espacio también era escenario frecuente de “trágicas reyertas”; ya que muchos vecinos se pasaban en ellas las noches enteras, de lo que se originaban disputas, que acababan muchas veces en peleas y, en el peor de los casos, en muertes; consecuencia todo ello del excesivo consumo de vino. Nada tiene de extraño, por consiguiente, que también los peligros del alcoholismo y la perversión de la taberna atrajesen la atención de los moralistas.
“Los vecinos de Villanueva de la Vera, Valentín Fernández y Julián Pascual Quintas, ambos mayores de edad, cuando se encontraban durante la noche de anteayer, en una taberna de aquel pueblo, comenzaron a discutir, ocasionando una reyerta. Inmediatamente intervino la guardia civil, quien denunció al Juzgado, a los exaltados bebedores.”
Nuevo Día, 30 de abril de 1929.
Sin embargo lo que más preocupaba a las autoridades civiles y a la Iglesia, es que la taberna, finalmente, no era ajena al desarrollo de discusiones colectivas que también podían tener contenido político, capaces de ocasionar movimientos obreros y, en numerosas ocasiones se tratan de cerrar o de regular sus horarios. Sin embargo, la taberna continuará siendo el lugar de relación más accesible para los trabajadores; no había que pagar cuota alguna para entrar en sus locales, el vino seguía siendo barato, y el horario de apertura se adaptaba plenamente al tiempo de que disponía el trabajador: escaso y de provisión irregular.
En torno a las mesas, era donde se organizaban las actividades más comunes de la taberna: la bebida, pero también la conversación o el juego de cartas:
“El 1º del corriente marchó a Villanueva de la Vera el segundo inspector de Vigilancia, Sr. Martínez Niño. Según nos han dicho, la marcha obedeció a denuncia en la que se aseguraba que en el mencionado pueblo se “tiraba de la oreja a Jorge”.
Norte de Extremadura. 6 de febrero de 1909.
(«Tirar de la oreja a Jorge», expresión en desuso, que se utilizaba antes de la década de 1920, se utilizaba como sinónimo de jugarse dinero a las cartas. El juego siempre fue muy popular y tuvo una larga vida a pesar de ser considerada siempre como ilegal, y propia de bribones y de vagos. Por lo visto procede de cuando los jugadores cogen la carta por una esquina, por una oreja, y se cree una derivada de la jerga universitaria. Jorge de Trebisonda, humanista bizantino, tradujo la «Retórica» de Aristóteles y el «Almagesto» de Ptolomeo, y de su complicado estudio se escabullían los estudiantes jugando a los naipes, «tirando de la oreja a Jorge de Trebisonda».)
Y LA FRAGUA:
El trabajo de herrero se remonta a la edad de hierro y su tradición ha ido pasando de padres a hijos hasta nuestros días. El año 750 a.C. se estableció como límite entre la Edad del Bronce y la Edad del Hierro, coincidiendo con la aparición de dicho metal en algunas regiones europeas.
En nuestra zona, la cultura de los vettones tiene su máximo esplendor durante la Edad del Hierro, cuyas huellas se suceden y mezclan con pueblos indoeuropeos, así como con los pueblos y culturas del norte de África y del Mediterráneo, como fenicios, griegos, cartagineses, etruscos y romanos.
Esta compleja y gradual evolución desde el ocaso del mundo de Cogotas I hasta el desarrollo de las comunidades vettonas al socaire de la cultura celtibérica, no habría sido posible si, desde finales del segundo milenio a.C., no se hubiera desarrollado una red de intercambios a gran escala que favoreciese la difusión de nuevas ideas y tecnologías. La utilización del hierro no fue repentina ni se produjo en todos los lugares a la vez, puesto que a pesar del perfecto conocimiento técnico alcanzado por los metalurgistas del bronce, el trabajo del nuevo metal implicaba algunas variaciones como la adaptación de los hornos a mayor temperatura, la necesidad de purificar de escorias y, sobre todo, la imposibilidad de colar el metal fundido en moldes de piedra, como el cobre o el bronce, siendo necesario dar la forma a la pieza deseada por martilleo en caliente y luego templarla, enfriándola bruscamente en agua fría para obtener mayor dureza.
La celtización impuso ante todo una nueva organización social y económica que proporcionó a las poblaciones vettonas una mayor capacidad de expansión y cohesión. El crecimiento de los castros y las nuevas estrategias de subsistencia son consecuencia, entre otras muchas cosas, de la eficaz difusión de tecnologías agrarias y de la metalurgia del hierro, que permiten explotar con éxito los suelos duros de la región y garantizar de este modo un poblamiento estable. En nuestro pueblo, son de destacar los numerosos restos hallados en la Cañada de Pajares y el asentamiento del Cerro Castrejón.
La minería fue también importante para la economía de los romanos. Pero en la Vera los yacimientos minerales siempre han sido muy escasos. En Villanueva se han encontrado dos yacimientos arqueológicos romanos, que probablemente correspondieran a asentamientos más antiguos reutilizados: "La Finca de las Corias: al sur del pueblo, se registra un área de dispersión de material cerámico aunque bastante escaso y otra más amplia de dispersión de escorias. Los restos metálicos son de hierro, provenientes seguramente de la misma mineralización, como muestran los análisis realizados por que indican la presencia de manganeso y de ligeras trazas de calcopirita. “La Laguna”: En un cerro sobre la fosa del Tiétar se localiza una importante concentración de escoria de hierro y cerámica romana.
Durante la Edad Media serán los judíos los encargados de trabajar el hierro, igual que la mayoría de los oficios artesanos: carpinteros, ceramistas, hojalateros, orfebres, etc.
En el Interrogatorio de la Real Audiencia. Extremadura a finales de los tiempos modernos. Partido de Plasencia, realizado el 12 de marzo de 1791, dice que en Villanueva hay:
“dos herreros dedicados unicamente a componer erramientas de estos domiciliarios con que labran y venefician sus haziendas, un herrador y alveitar, quatro sastres, dos carpinteros,…”
En 1904 el herrero era Antonio Cordobés García, y tenía una fragua en la Calle del Pozo.
El herrero forjaba el hierro calentándolo previamente en carbón ardiendo animado con el aire del fuelle. Una vez que el hierro estaba candente lo golpeaba con un martillo, en el yunque, hasta darle la forma deseada.
En la fragua también se disponía de una gran muela de afilar para el uso propio del herrero que necesitaba tener bien afiladas sus herramientas como para los demás vecinos que la utilizaban para mejorar el corte en herramientas de gran tamaño como hachas, azadas, azuelas, etc. Para afilar los objetos más delicados como cuchillos, tijeras y navajas, se acudía al “afilaor”, que solía ser ambulante. La mayoría eran gallegos y pasaban de vez en cuando por el pueblo con su rueda de afilar: recorrían las calles anunciando sus habilidades mediante los silbidos de su chiflo característico. Posteriormente el “afilaero” se acopló a una bicicleta y la rueda pasó a la historia.
En ocasiones los vecinos afilaban sus herramientas, chicas y grandes, con piedras planas que ellos mismos se fabricaban, o sobre alguna jamba o dintel de ventana o puerta que era de piedra de granito, muy aparente para dejar el corte fino. Los carniceros como ya hemos comentado lo hacían en las columnas de piedra de la plaza. Si nos fijamos bien, podemos ver en muchas puertas y ventanas el desgaste producido por el roce de las herramientas sobre la piedra al afilarlas.
El herrero fabricaba en la fragua todo tipo de herramientas: arados, azadas, hoces, “sigurejas”, “zachos”, azuelas, herraduras... tan necesarias para los agricultores y ganaderos. También elaboraban algunas piezas que servían de complemento en la construcción y en la carpintería, aunque en nuestra zona los materiales predominantes son la madera, el adobe y la piedra; como cerraduras, aldabas y clavos; también podemos ver en algunas casas antiguas del pueblo, sobre la primera planta, dedicada a los dormitorios, unos pequeños balcones con rejas forjadas.
También elaboraban muchos objetos necesarios en la casa como: candiles, sartenes, planchas, cazos, calderos, cucharas “jerrreñas”, “estinazas”, “estrébedes”, “estijeras”, llares, cuchillos, morrillos, “arrimaores”, badilas, braseros, palancaneros, planchas... En todos ellos, el herrero dejaba su firma en forma de retorcidos adornos: motivos florales, o la iniciales incisas de la dueña de la casa.
El oficio del herrero estaba muy relacionado con el de “herraor”. Los herreros fabricaban las herraduras a medida de los cascos; después se le raspaban bien las pezuñas y, por último, se las clavaban en los cascos con unos clavos.
Este oficio, como el de zapatero, peluquero, o silletero, tenía también algo de social, ya que raro era el día u hora en que o había reunión de algunas personas, que con motivo de ir a encargar arreglos o a hacer otros nuevos encargos, prolongaban la tertulia, en compañía de otros clientes y naturalmente del artesano, que era el eje de la reunión, y que tomaba parte muy activa en la conversación, sin impedirle realizar su faena.
Este oficio, junto con el de “herraor”, ha desaparecido en su totalidad debido a la mecanización del campo y por consiguiente, la desaparición de las bestias de carga. Actualmente el hierro y la fragua han perdido su importancia debido a las nuevas tecnologías y materiales, y que este trabajo era antes más necesario e imprescindible y ahora se ha convertido en un trabajo artesano, de “lujo”. El oficio de herrero ha derivado en empleados de carpintería metálica, fabricando puertas, remolques, carrozando camiones, rejas, balconadas,… trabajos muy diferentes de los que se realizaban en las fraguas antiguas.
Jose María Ambrosio Sánchez

jueves, 9 de abril de 2015

Proclamación de la II REPUBLICA en Villanueva de la Vera

PROCLAMACIÓN DE LA II REPÚBLICA (ABRIL DE 1931)
La monarquía, cómplice de la dictadura del General Primo de Rivera, será objeto en cuestión a partir de la unión de toda la oposición. Tras las elecciones municipales de 1931, el 14 de abril se proclama la Segunda República, dando así fin a la restauración borbónica.
Las elecciones municipales del domingo 12 de abril de 1931 dieron en toda España una mayoría de concejales monárquicos, pero supusieron para la Corona una amplia derrota en los núcleos urbanos: la corriente republicana había triunfado en 41 capitales de provincia. En Madrid, los concejales republicanos triplicaban a los monárquicos, y en Barcelona los cuadruplicaban. En cambio, en las zonas rurales, sometidas a un tradicional control caciquil, los concejales elegidos fueron mayoritariamente monárquicos.
En Villanueva de la Vera los concejales en las elecciones de Abril de 1931 habían sido proclamados antes del día 12, por el artículo 29 de la Ley Electoral de 1907, que se creó para favorecer el sistema de turnos, estableciendo que las elecciones en los distritos en los que se presentara un único candidato, éste quedaría proclamado automáticamente, y en las circunscripciones en las que se presentaran el mismo número de candidatos que puestos a cubrir, sin necesidad de realizar votaciones.
Según este procedimiento el Ayuntamiento de Villanueva quedó constituido de la siguiente manera:
“Liberales: Máximo Timón Morcuende, Ignacio Garvín Frías, Gerardo Morcuende Ramos.
Conservadores: Francisco Ramos Timón, Gil Vázquez Castañar, Abelardo Sánchez González.
Derecha Republicana: Aniceto López Sánchez.
Demócrata: Manuel Ramos Gómez.
Agrario: Tomás Timón Araujo.
Republicano: José Jiménez Moreno.”
Nuevo Día, 8 de Abril de 1931
La República fue proclamándose en la mayoría de las ciudades españolas a lo largo del día 14 de abril. Ante esto Alfonso XIII renunció a su poder y marchó al exilio. Inmediatamente después se proclamó la República en las Cortes, el día 14 de abril de 1931.
Inmediatamente se formó un Gobierno Provisional presidido por Niceto Alcalá Zamora y formado por republicanos de izquierda y derecha, socialistas y nacionalistas. Las elecciones municipales se repitieron el 31 de mayo. En toda España triunfó plenamente la coalición republicano-socialista.
Con la proclamación de la República se inició en Extremadura una nueva etapa histórica que se va a caracterizar por un profundo dinamismo político y por un cambio rotundo en buena parte de la realidad económica, social y cultural de la región. La Segunda República en Extremadura fue, en resumen, una época de ansias e ilusiones de aprendizaje democrático, cuya consecución presentó múltiples contradicciones; en una zona tan postergada como la nuestra, se vivió un período de constante reivindicación.
Las elecciones generales del 28 de junio de 1931 dieron la victoria a la coalición republicano-socialista. Una Comisión Constitucional nombrada por las Cortes elaboró un proyecto de Constitución, de carácter democrático y progresista, que fue aprobado en diciembre de 1931.
Tras aprobarse la Constitución, se inició un nuevo período con un gobierno presidido por Manuel Azaña y formado por republicanos de izquierda y socialistas. En diciembre, Niceto Alcalá Zamora fue elegido Presidente de la República.
El gobierno republicano-socialista emprendió un amplio programa de reformas en un contexto económico desfavorable, marcado por el ascenso del paro.
En lo relativo a nuestra comarca: se termina la Carretera de Plasencia a Oropesa y se incluye en el Plan General la carretera de Madrigal a Candeleda, como resultado de las gestiones realizadas por el Patronato Nacional de Turismo. Además los pueblos de la Vera realizan los trámites para solicitar la construcción de una línea telefónica.
La inauguración de la carretera supuso un gran avance para estos pueblos, especialmente para los enclavados desde Losar a Madrigal, ya que los demás disponían ya de carretera hasta Navalmoral. En cambio, los pueblos de la Vera Alta tenían que sacar sus productos a lomos de caballerías, recorriendo muchos kilómetros por caminos tortuosos, sendas y pistas hasta llegar a la estación de Navalmoral. No solo era costoso, sino que la fruta llegaba deteriorada o inservible con la consecuente bajada en el precio. La carretera está abierta al tráfico, aunque sigue en construcción el puente de Cuartos, pero se podía atravesar la garganta mediante una pista supletoria construida a su lado, que permitía el paso supone, permite el paso de autos, camionetas, y hasta camiones de gran tonelaje.
A partir de de entonces todos los días van a Madrid de ocho a diez camionetas y camiones que llegan a los mercados de la capital de madrugada, por lo cual la fruta llega fresca y sin problemas.
El 27 de marzo de 1932 tuvo lugar en Villanueva la CONSTITUCIÓN DEL PARTIDO DE JUVENTUD REPUBLICANA RADICAL:
"El domingo 27 del actual mes tuvo lugar en esta Villa la constitución del Partido de Juventud Republicana Radical; a cuyo fin se congregaron en el salón de D. Toribio Timón, más de 200 jóvenes, que simpatizando con las ideas republicanas, manifestaron su conformidad y entusiasmo con las ideas republicanas, manifestaron su conformidad y entusiasmo con el programa del Partido Radical, acordándose constituir dicha agrupación y designando presidente honorífico de la misma al ilustre Jefe del Partido Radical Español, Don Alejandro Lerroux García.
También fueron designados para ocupar los cargos del Comité Local los jóvenes siguientes:
Presidente: Félix Rodríguez García.
Vicepresidente: Castor Jiménez Rodríguez.
Tesorero: Domingo Caset Carrasco.
Secretario: Vicente Moreno Sánchez.
Vicesecretario: Manuel García Fernández.
Vocales: Antonio Blázquez Borja, Benito Pérez Sánchez, Francisco Timón Garvín y Jesús Timón y Timón.
Dadas las excelentes condiciones de los directores de esta naciente agrupación y sus propósitos de intervenir en las cuestiones políticas de esta Villa al lado del orden, respeto y buena administración, no dudamos que su actuación resultará beneficiosa para los intereses generales del vecindario, por lo cual les felicitamos muy sinceramente, deseándoles que sus propósitos y buenos deseos tengan la realización que se proponen en bien de todos.
El Corrresponsal. Villanueva de la Vera y Marzo de 1932."
El Radical, periódico republicano. 5 de Abril de 1932.
El 14 de abril de 1932 la Juventud Radical y el Partido Radical organizaron una manifestación conmemorativa del advenimiento de la República.
“El día catorce del actual, tuvo lugar en esta Villa una manifestación organizada por el partido Republicano Radical, en conmemoración del primer aniversario de la proclamación de la República y a cuyo acto acudieron los niños de las escuelas con sus banderas, al frente de los cuales iban sus profesores; seguían a los niños los miembros de la Juventud Republicana Radical, integrada por su Junta directiva, y una numerosa representación de sus afiliados, llevando la enseña de la patria, a continuación, figuraba la Sociedad Obrera “La Caridad” representada por los miembros de su Junta y muchos asociados, también con la bandera de la entidad, seguían a estos el comité del Partido Republicano, con un número considerable de sus afiliados, y al final el Ayuntamiento en pleno con las demás autoridades judiciales e invitados al acto, enarbolando uno de los empleados municipales la bandera de la Villa; recorriendo la manifestación entre otras, la calle de La República, Oropesa, Hernán Cortés, Libertad, Cervantes, España y Alejandro Lerroux, regresando a la Plaza de Aniceto Marinas donde el culto Maestro Nacional, don Antonio Fernández Rodríguez, dio las gracias en nombre de la comisión organizadora a todos los concurrentes, por haber asistido al acto y el entusiasmo y orden con que se había celebrado, recomendado a todos la más estrecha unión para la consolidación de la República, puesto que con ello se laboraba por el bien de la patria que es el principal deber de todo buen ciudadano.
Disuelta la manifestación, fueron los concurrentes obsequiados con un vino de honor en el local social de la Juventud Republicana Radical, donde reinó la más cordial armonía entre todos los concurrentes, siendo motivo de gran satisfacción para todos la confraternidad de las distintas clases sociales que estaban reunidas, lo que demuestra que cuando se piensa bien y sin odios ni rencores y con la voluntad puesta al servicio del bien común y de la patria, no existen antagonismos ni diferencias de clases.”
El Radical. 19 de abril de 1932.
El 1 de septiembre de 1932 abre una farmacia en Villanueva de la Vera D. Laureano Pérez Sánchez.
Ese mismo día la Comisión Gestora de la Diputación de Cáceres acordó estimar la petición de las alcaldías de Navalmoral de la Mata, Villanueva de la Vera, Viandar de la Vera, Talaveruela de la Vera y Valverde de la Vera, solicitando la construcción de un camino vecinal, que partiendo de Navalmoral de la Mata, enlace en el punto más conveniente, con la carretera Plasencia a Oropesa, con un puente en el río Tiétar en el charco conocido como “Pozo del Rey”; ya que la única posibilidad de atravesar el río sigue siendo la utilización de barcas.
Aunque la Ley de Reforma Agraria se aprobó en septiembre de 1932, el complejo sistema burocrático para su puesta en marcha y las diferencias de actuación de los gobiernos de izquierdas y derechas, que se suceden en el poder, consiguieron que no funcionara en la práctica y provocaron el desencanto entre los campesinos, alcanzando un elevado nivel de conflictividad, traducido en robos, huelgas y enfrentamientos con la Guardia Civil.
En su conjunto, las reformas republicanas pretendían ensanchar las libertades individuales, disminuyendo por lo tanto el poder de la Iglesia Católica sobre las instituciones y, mediante ello, el que tenía sobre las mentalidades y los comportamientos cotidianos. Con las elecciones de 1933 y el triunfo de los Partidos Conservadores: Partido Radical y la CEDA, todas las reformas del Bienio anterior quedan paralizadas o anuladas.
José María Ambrosio Sánchez