viernes, 20 de marzo de 2015

La Constitución. de 1912 y Villanueva de la Vera

LA CONSTITUCIÓN DE 1812 “LA PEPA” (19 de Marzo de 1812)
Mientras se mantiene la guerra contra las tropas francesas, en 1810 tiene lugar en Cádiz la reunión de unas Cortes Extraordinarias que trataban de dotar al país de una nueva organización política de corte liberal: son las Cortes de Cádiz. Extremadura desde el primer momento de la sublevación contra la invasión francesa participó activamente. El 1 de junio de 1808 se había constituido en Badajoz la Junta Suprema de Gobierno de Extremadura. De la Junta Suprema dependían, al mismo tiempo, las Juntas Subalternas de partido, que en el caso de Extremadura eran ocho: Cáceres, Badajoz, Mérida, La Serena, Alcántara, Plasencia, Trujillo y Llerena. Y por debajo de ellas se formaron Juntas locales.
El 24 de septiembre de 1810 se reúnen las Cortes Constituyentes para elaborar la Constitución.
La participación extremeña en las mismas fue destacada, siendo 12 el número de diputados que representaron a la provincia. La composición de este grupo fue variada, predominando los diputados pertenecientes al clero, la nobleza y en menor medida, al ejército. Hubo sin embargo protestas de algunas localidades, como Plasencia o Trujillo que se quedaron sin representación propia.
Las Cortes Constitutivas de 1810 no reconocen la representatividad de la ciudad de Plasencia, que pierde el derecho a nombrar un diputado. La ciudad de Plasencia eligió a Antonio Alonso Varona para las cortes gaditanas. Sorprendentemente, la Asamblea lo rechazó, una vez estudiada el acta electoral y los poderes conferidos por el ayuntamiento.
En general predominó la defensa de los principios liberales: la lucha contra el régimen absolutista, el regionalismo, la necesidad de una nueva Constitución, la crítica social (al papel de la nobleza o de la Iglesia), la racionalización del sector administrativo; y, en definitiva, muchas de las ideas propugnadas por los ilustrados de fines del siglo XVIII: libertad de imprenta, venta de baldíos y terrenos comunes, supresión del Santo Oficio y supresión de los Señoríos y Realengos, entre otras.
Las Cortes de Cádiz son el punto de partida de lo que tarde o temprano -la destrucción de la propiedad comunal- habría de ocurrir andando el siglo. Terminó por culminar en el decreto de 4 de enero de 1813 de enajenación de terrenos baldíos y realengos, que culminó en un proceso de privatización. El objetivo era aliviar un poco la amortización de Deuda Pública. Además conseguía a priori un efecto social positivo: el acceso a la propiedad de esos labradores y jornaleros. Sin embargo, esto no fue lo habitual, ya que un corto número de individuos, desconocidos pero con la necesaria liquidez, aprovecha esta oportunidad para crearse un patrimonio importante; el acceso a la propiedad de gente pobre se convertía en una utopía.
El 19 de marzo de 1812, las Cortes de Cádiz aprueban la primera Constitución Española, que supone el tránsito del Antiguo Régimen al Nuevo. Su sobrenombre, la Pepa, no está muy claro aún, pero parece que fue un recurso indirecto tras su derogación para referirse a ella, debido a que fue promulgada el día de San José.
En el Diario de Cortes, del 31 de agosto de 1812, aparece el testimonio remitido por los secretarios de varios pueblos de Extremadura, de haber jurado la Constitución, entre ellos Villanueva de la Vera:
“ … en el partido de Plasencia los pueblos de Losar, Tarilla, Cabezuela, Villar, Pedroso, Villanueva de la Vera, Arrollomolino, Segura, Casas del Monte, Aceituna, Majadas, Casas del Castañar, Alberca, Marchagos, Jaraíz, Valverde de la Vera y Cabeza-Bellosa;…”
La llegada de Fernando VII y su manifiesto de 4 de mayo de l814 suponen una vuelta al Antiguo Régimen y al absolutismo monárquico, con la derogación de la Constitución, y la instauración de la Inquisición. La restauración del absolutismo de Fernando VII provocó que casi dos millares de liberales y de afrancesados tuvieran que exiliarse a Portugal o a Francia. Ello provocó la salida de una parte de la más granada intelectualidad extremeña de la época, como Diego Muñoz Torrero o Meléndez Valdés.
IMAGEN: Monumento a las Cortes de 1812 (Cádiz)
Tras el derribo de la muralla gaditana, en los primeros años del siglo XX, se decidió ampliar la plazuela del Carbón para conmemorar el centenario de la Constitución de 1812 y el sitio de las tropas francesas a la ciudad. El resultado fue la actual Plaza de España, obra del arquitecto Modesto López Otero y del escultor Aniceto Marinas. El Monumento presenta, en su plano inferior, un hemiciclo con un sillón presidencial vacío, jalonando diversas inscripciones la parte superior de dicho hemiciclo. En el centro se eleva una pilastra rematada con figuras alegóricas que sostienen el texto constitucional homenajeado. En los pies de la pilastra se encuentra una matrona -símbolo de España-, grupos escultóricos representando a la agricultura y la ciudadanía, la figura de Hércules y los nombres de los diputados más importantes de las Cortes gaditanas que dieron al país la famosa "Pepa".
 

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